Una sesión donde hubo miles de obstáculos, pero se logró sacar al final. El plan original era tomar fotografías en la zona de Coronado, con fondos verdes y pasto y pizcas de atardecer; sin embargo, el famoso cielo roto hizo honor a su nombre y la garuba no nos permitió hacerlo donde pensábamos.

Volvimos al centro contra reloj, para agarrar las últimas horas de sol, y el resultado final fue una sesión en crepúsculo y noche, pero tengo que decir que el resultado me gustó bastante. Ahí se las dejo, ojalá les gusten 😉