La historia de ellos es bastante peculiar. La primera vez que nos reunimos para hablar sobre las fotografías de la boda, me contaron como la inesperada pregunta llegó durante un vuelo en avioneta que el novio había planeado, y ahí a cientos de pies de altura, ella dijo que sí.

De una vez pensamos en que lo ideal sería planear hacer unas fotografías con las que recordaran este momento. Así que, con ayuda de los mismos contactos que le ayudaron a planear la propuesta, nos fuímos al aeropuerto Tobías Bolaños a hacer unas fotos re chuzas.

Y bueno, por supuesto no podíamos dejar por fuera a sus peludillos como parte de las fotos, para que ellos mismos le avisaran a todos los que vieran las fotos, que sus papás se iban a casar. Aquí les dejo parte de la galería de lo que fue esta sesión!